Poema de la colección recopilada en la obra “Montado en un rayo de luna” .
AMOR VEGETAL
El ignorante cree que no hay nada más que él -
AMOR VEGETAL
El nardo guiñotea
y la margarita cimbrea.
En un mundo de color
viven sin dolor.
Se aman,
y en su voz de olor
se llaman.
Son silvestres,
campestres;
alguien diría: celestes.
Es labor del Creador.
Para que su amor no cese
la brisa las mece
y el sempiterno caudal
de la música celestial
de las esferas,
en un baile natural,
con un ritmo sideral,
sin esperas,
no languidece.
Ella dice:
¡Te quiero!
El: sin ti me muero.
Viven un mundo pitagórico
en el que la música celeste
se aglutina a lo terrestre,
y nada tiene de alegórico.
Hasta que dos chavales,
petulantes petimetres,
ignorantes mozalbetes,
pasan por los arrozales.
“He aquí un buen adorno
para un plantado niño
y de las muchachas trastorno
de ofrecerlas para su corpiño.”
“Arráncalas para los ojales…
¡Son meros vegetales!”
* * *